¿está la Moda terminando con la vida en el planeta?

by @ReneMarcov

Es cierto que existen dentro de la economía mundial una serie de industrias que son contaminantes sin lugar a duda. La industria del petróleo es una de las principales, al igual que la minería y aún aquella alimentaria que se encarga de generar los productos con que nos alimentamos todos los días. La mayoría de nosotros no nos detenemos a pensar en lo mucho que estas industrias con cuyos productos convivimos todos los días pueden tener un impacto negativo tan alto sobre el bienestar ecológico mundial. Y mucho menos nos tomamos el tiempo para pensar como el consumo de prendas de moda deteriora sistemáticamente el ambiente.

La industria textil y de moda ocupa el segundo puesto dentro de las industrias más contaminantes a nivel global, pues hace uso de materias primas nocivas para el ambiente y químicos de alto impacto ambiental que se incorporan directamente a los mantos acuíferos destruyendo la fauna y flora de los ecosistemas que al final representan recursos de los cuales viven poblaciones completas alrededor del mundo, causando no solamente una merma en las economías locales, sino también enfermedades importantes que generan altos costos a los sistemas de salud; 20% de los contaminantes del agua a nivel mundial son producidos por la industria de la Moda; el cultivo del algodón, la fibra natural más usada, es responsable por el 18% de los pesticidas y herbicidad usados en el mundo, además del 25% de los insecticidas usados a nivel global. Todo esto sin contar las altas implicaciones éticas que tiene una industria que se fomenta la mano de obra de bajo costo, una forma moderna de esclavitud, que se aprovecha de mujeres y niños que trabajan en condiciones por debajo de lo que podría considerarse aceptable.

México, un país dedicado a la maquila de prendas de vestir de marcas internacionales, es una de las principales víctimas de la contaminación que genera la industria y la falta de políticas públicas que regulen el vertedero de sustancias tóxicas en los ríos, así como de compuestos orgánicos volátiles que diariamente respiramos con graves consecuencias para la salud.

Cada año, a nivel global se producen y se consumen más de 80 mil millones de prendas de vestir, lo que genera una cantidad increíble de desechos tóxicos de la cadena productiva, sin contar las más de 15 millones de toneladas de ropa y textiles que anualmente van a parar a basureros sin tratamientos previos para poder integrarse al ambiente de forma sustentable. Todas las piezas que no se venden y representan un excedente de producción terminan en mercados de países en desarrollo a muy bajo precio, lo que impide el florecimiento de los mercados locales que no pueden competir.

Afortunadamente la industria de la Moda está girando hacia elementos sustentables más amigables con el planeta, de la mano de la innovación se han desarrollado materiales menos tóxicos, además de técnicas y tecnologías que pueden transformar fibras viejas en textiles nuevos.

Paralelamente, organizaciones no gubernamentales crean iniciativas que promueven un acercamiento de menos impacto ambiental como el intercambio de ropa, renta de prendas, tiendas de segunda mano y la modificación de ropa vieja para no tener que recurrir a comprar piezas nuevas, además de la incorporación de prendas de mayor calidad en el retail con la intención de hacerlas más duraderas.

El trabajo de los diseñadores de moda dejará de enfocarse en  el valor estético y funcional de las prendas y se encargará de establecer la relación que la industria tendrá con el medio ambiente en los años futuros. Ya no podemos dedicarnos solamente a diseñar prendas con un menor impacto ecológico, debemos también entender cada uno de los procesos que forman parte de la cadena productiva del sistema de la moda para proponer soluciones que nos ayuden a eliminar la toxicidad en cada una de las fases.