Reflexión sobre Cuba y Chanel, dos islas revolucionarias que gritan libertad.
by @ReneMarcov
Aunque son muchos los conceptos negativos asociados a las islas pues suele considerárselas lugares apartados de lo que sucede en las regiones continentales, también es cierto que una isla es siempre un lugar propicio para ocultar un tesoro.
Una isla es un concepto complejo que encierra la capacidad de autodefinirse, autogobernarse, y autoexiliarse apartándose del resto.
En este sentido, Gabrielle Chanel fue siempre una isla de su tiempo. En un mundo dominado por los hombres, supo convertirse en una pequeña isla de pensamiento revolucionario que extendió su poder de influencia contagiando a otras mujeres a través de la Moda.
La mezcla de datos biográficos y mitos construidos alrededor de Chanel, la convierten también en una isla paradisíaca donde playboys millonarios, artistas y aristócratas encontraron a una mujer segura y preparada con quién podían tener una relación de iguales. En la sociedad de la Bella Época donde todas las mujeres debían vestirse y comportarse de acuerdo a las normas establecidas, Coco fue siempre una isla, esa apartada de todo lo establecido, la que se manda sola.
Fue una isla en medio de un océano de hombres que dominaban la escena de la Moda de su tiempo y con los cuales tuvo que combatir para poder hacerse de un nombre y una voz que perduran 100 años después de la creación de su primera tienda.
Aparentemente, el concepto de “isla” es más cercano a Chanel de lo que imaginamos, ha rondado la marca durante los últimos años, pues ha presentado colecciones en anteriormente en Singapur y Escocia, islas que han servido de inspiración para la creación de algunas de las mejores colecciones de Karl Lagerfeld.
¿Qué tienen en común París, también llamada “L’Ile de France” (La isla de Francia) y Cuba? Ambas son producto de revoluciones que han cambiado radicalmente la forma en que se les percibe. Han optado por seguir ideales que las han convertido en lo que son. Chanel es revolución, y ha aprovechado la ocasión del desfile de su colección Cruise 2017 para vestirse de uno de los mayores referentes vivos del concepto de ideales revolucionarios, retomando elementos que son distintivos de la isla de Cuba, demostrando una vez más que puede salirse de sus propias normas ofreciendo algo diferente transportando a los asistentes, invitados reales o digitales, a una isla donde la revolución puede mezclarse con el lujo.
Retoma elementos masculinos y los incorpora a vestidos de fiesta inspirados en las siluetas pre-revolución, conjuntos de tweed y gasa estampada de naturaleza crean un acercamiento nuevo al tema tropical, se reinventan las guayaberas y aparecen versiones suavizadas de los uniformes revolucionarios. Karl Lagerfeld encuentra inspiración en todas partes, en los automóviles clásicos, los colores pasteles de los edificios de la Habana Vieja, las mangas de volantes y lentejuelas de las bailarinas del Tropicana, siempre respetando los códigos de Chanel, pero llevándolos al extremo, haciendo una fusión que estira el concepto “chic parisino” para que toda la fiesta cubana quepa en él.
Cuba está cambiando, es claro que la llegada de un desfile Chanel, el concierto de los Rolling Stones y la visita de Barack Obama significan una nueva era para la isla. Muchos especulan sobre si este desfile es también una señal de un nuevo comienzo en Chanel. ¿Qué sigue después de Chanel? ¿Qué sigue después de Karl? ¿Qué sigue después de la apertura de Cuba?
Cuba está presentando su mejor cara al mundo, como una ciudad cosmopolita, llena de cultura y entretenimiento, un destino vacacional como pocos, el lugar de playa donde todo es posible.
Aunque a lo largo de la historia algunas islas han sido usadas como prisiones, hoy más que nunca Chanel y Cuba son símbolos de Revolución y Libertad, tal como lo quiso Gabrielle Chanel, la mujer que fue la isla de su tiempo.
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