La Moda y los mensajes del color

by @René Marcov

El color es un asunto de percepción. Lo primero que llama nuestra atención de los objetos es lo que percibimos ya sea por su forma o su color, a partir de ésta información podemos establecer relaciones iniciales complejas.

Nuestro vínculo con el color es natural e instintivo. Evolutivamente nos ha permitido diferenciar las frutas maduras de las verdes, nos alerta del peligro y aporta información valiosa que junto con aquella recopilada por otros sentidos nos permite tomar decisiones acertadas respecto a situaciones y elementos de nuestro entorno.

Se considera al color una cualidad particularmente humana pues a diferencia de los animales, podemos distinguir una amplia gama de colores y tonos gracias a las células sensibles de nuestra retina denominadas conos y bastones. Aunque nuestra capacidad de percibir el color es amplia, existen elementos infrarrojos y ultravioletas que pasan desapercibidos a nuestros sentidos.

Pero, ¿cómo sería nuestra relación con la moda y el diseño si no existiera el color?

Durante siglos la humanidad ha tratado de teorizar sobre cómo es que los colores se asocian a conceptos complejos como el amor, el peligro, la inocencia, lo que es masculino, femenino, orgánico y divino. Estas teorías han servido durante muchas décadas para orientarnos acerca del uso del color y se han vuelto leyes dentro del diseño que muy pocas personas están dispuestas a transgredir pues se considera que el color tiene un significado único y absoluto, y no debería ser así.

Los colores, como la mayoría de los fenómenos sociales cambian de acuerdo a nuestro comportamiento y deberían evolucionar con la misma rapidez en que cambian los mindsets que los rigen. Así, deberíamos dejar de perpetuar la idea de que lo femenino es rosa y colores pastel, lo orgánico es siempre verde y café y lo divertido es siempre en colores brillantes.

Lo masculino puede ser rosa también, existen tonos de marrón que hablan de conceptos sintéticos y minimalistas y amarillos que en diseño pueden ser todo menos divertidos y jóvenes. El negro no es necesariamente elegante, también puede ser rebelde y extremadamente femenino. El mundo del diseño debe mostrar a los consumidores las posibilidades infinitas del color a través de los objetos, en lugar de tratar crear apreciaciones simplistas y unidimensionales de algo tan complejo como el color. Todo color adquiere una nueva dimensión si se cambia la forma, y toda forma cambia completamente de significado si se decide modificar el color. El equilibrio en el diseño depende tanto de la imagen como del discurso, por lo que si se altera un elemento tan importante como el color, se cambia significativamente la relación que establecemos con el objeto final.

Imágenes: Cortesía WGSN